martes, 13 de noviembre de 2012

Un Lunes Santo en Sevilla

Todavía cansados por el derroche de energía empleado en la jornada de ayer, toca ponerse las pilas desde el principio si lo que se pretende es no dejar nada fuera del tintero de la memoria.

Dos cofradías, desde los muy lejanos Polígono de San Pablo o el barrio del Tiro de Línea marcan el comienzo de la función de hoy. Mucha gente pero la amplitud de las calles y avenidas que componen los primeros metros de su itinerario hace relativamente cómodo el poder disfrutar del paso del cortejo. Aunque si ha de aguardar hasta horas después, cítese con Cautivo y Rescatado y Santa Genoveva cuando llegan con las primeras luces de la tarde: cómodamente en el salvador o con apreturas en Argote de Molina, mientras que la llegada al Postigo o el regreso en torno a la Universidad son, sin duda, lugares amplios donde poder disfrutar con cierta comodidad.

Hoy es día grande en la feligresía de San Vicente. Tres cofradías salen separadas por escasos metros casi al mismo tiempo. Vera Cruz transita en medio de un silencio sobrecogedor por la estrechez de Francos y Chapineros, ya de rereso. También recomendable es su paso por la Gavidia, a escasos metros de volver a su casa. Las Penas y el Museo, si su aguante lo permite, son muy cómodas de ver en sus respectivas, y ya no tan tardías, entradas. Pero también cabe la posibilidad de lograr sitio, a la caída de la tarde, en la esquina de Alfonso XII con San Vicente para ver pasar a la primera y sobre el mismo terreno, girando 180º, deleitarse con la salida de la segunda.

No nos cansaremos de invitarles a cruzar el puente en dirección a San Gonzalo en pleno mediodía. Su salida entre los naranjos del barrio y todo el recorrido hasta cruzar a la orilla de Sevilla se hace abriéndose camino entre una muchedumbre casi imposible de atravesar. El mismo itinerario, a la inversa ya avanzada la noche, resulta bastante mas transitable. Si prefiere dedicar el mediodía a otra cosa, la salida de la Redención desde la calle Santiago se nos antoja como algo a tener en cuenta. Aunque de sobras sabemos que el recorrido desde la Alfalfa hasta la entrada concentra la atención de casi todos, no es menos aconsejable la opción referida. Santa Marta, por lo breve de su recorrido y lo ajustado de su horario, nos obliga a poner todos los sentidos para que no se nos escape. Casi inaccesible tanto a la salida como la entrada, quizás sea en el Salvador donde encuentre sitio para verla sin tantas complicaciones. Con Las Aguas pasa algo parecido. Bien difícil resulta acceder a las inmediaciones de su capilla por la tarde, o encontrar hueco bajo el Postigo por la noche, así que apóstese en la Plaza del Triunfo, o encuéntresela horas antes en la comodidad de Velázquez.
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